
Digna de mención es también su capacidad de amar u odiar desaforadamente, sobre todo cuando se adentra en la selva de la literatura. Así, es notorio su amor por una muchacha de pelo (antes) largo, grafómana impenitente y bookcrosser clandestina, que responde al inusual nombre de Espido. No por ello desdeña otras pasiones, entre ellas la que profesa por un absurdo juego de cartas de equívoco nombre (tan corto como largas son las partidas), sin olvidar su probada eficiencia en juegos de rol, y, en definitiva, todo aquello que pueda elevar aún más su categoría de friki.
Sus odios merecen punto y aparte, especialmente uno que le ha hecho merecidamente famoso en terrenos del foro: su fobia absoluta, sin fisuras ni matices a la famosa y reputada obra literaria “el guardián entre el centeno”, cuya sola mención le produce importantes y peligrosos efectos secundarios. Los científicos han reseñado episodios de mutación en el pelaje, que en cuestión de segundos pasa del color castaño habitual al verde oscuro con lunares fucsia, unido a la tendencia a proferir alaridos inarticulados, pero con clara voluntad de insulto hacia el libro maldito. Afortunadamente, vuelve a la normalidad poco tiempo después, si bien se mantiene como síntoma estable la tendencia a proponer a Holden Caulfield como sacrificio humano en las orgías del foro, mediante su quema en una pira, usando como combustible todas las ediciones del mencionado libro.
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