Syria


Misteriosa especie de la familia Lemuridae, se piensa que arcaismo viviente, postulándose su papel como eslabón perdido. Piensan los científicos, a falta de la captura y autopsia de un ejemplar, que tiene relación con el género Eulemur, por el hipotético parecido a Eulemur coronatus y Eulemur rubriventer, considerando sin embargo el tamaño como factor discrepante, puesto que Protoeulemur Syria (prov. Cam. Ed. Ser.) es algunos centímetros más grande que un bonobo hembra adulto. Sibilina, excepto durante la época de celo, en que sus discretos y concisos aullidos han dado lugar a numerosas leyendas, hace vida nocturna entre ruinas, como en el foro romano, donde algunos turistas borrachos dicen haberla visto. Se cree que construye nidos en las catacumbas, entre esqueletos, columnas, calaveras, y restos variados, buscando tranquilidad lejos de cualquier presencia. Debe destacarse el curioso fenómeno de mutualismo con individuos de Felis catus, con los que comparte guarida y alimentos, bien ratoncillos, gusanitos con sabor a queso o barbacoa o restos de bocadillos. Incluso se ha encontrado calaveras y tibias humanas en nidos abandonados, aunque el trágicamente fallecido Walter Evans asevera que eran restos anteriores a los nidos. En este sentido, deben referirse los estudios de campo de Evans W. y Lidwik M. sobre sus cagarrutas, como fuente para determinar la agresividad.


Por otra parte, si se hace caso al relato de Walter Evans, que, mientras observaban la oscuridad del cielo, consiguió acercarse a unos individuos antes que le lanzaran una piedra de medio kilo a la cabeza y desaparecieran, el Protoeulemur Syria (prov. Cam. Ed. Ser.) concuerda con la terrible descripción realizada por unos monaguillos que volvían al Vaticano, destacando que, ciertamente, muerden. Se hace preciso añadir respecto a la mata de pelo oscuro ligeramente hacia atrás, que definitivamente se cree que es el resultado de mesárselo con las manos pringosas de ganchitos y fritos y luego arrastrarlo por encima de los cadáveres de las catacumbas en su retorno al nido. En todo el ámbito científico se esperan con expectación los resultados de la cacería del doctor J. Kaufmann en la Damasco antigua, para conocer mejor a este protolémur ruderal gigante, en especial si es vector portador de la gripe aviar y si su piel resiste las jeringuillas usadas, como aseveran los drogatas.

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